Me encanta el porno casero y quería grabar algo con mi chica, una rubia maciza y atrevida, pero reacia a ese tipo de cosas. Para convencerla, le compré uno de esos consoladores caros y enormes que lo mismo sirven para el sexo anal que para el vaginal, la estuve provocando y seduciendo con una falsa entrevista, y cuando ya estaba lo suficientemente húmeda, la penetré con mi polla mientras ella se metía su nuevo juguetito por el culo.
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Lo que le gusta a la rubia
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